Recientemente se ha publicado un informe que desvela las notables diferencias entre comunidades autónomas en cuanto al esfuerzo fiscal que realizan sus contribuyentes.

Los gobiernos regionales tienen cierto margen para ajustar los impuestos en cada comunidad y esto junto a los diferentes puntos del ciclo económico incrementa la brecha impositiva entre algunas regiones.

Así, Extremadura, Andalucía y Castilla la Mancha encabezan la lista con un esfuerzo fiscal de entre 0,36, 0,33 y 0,30 puntos respectivamente. Por el contrario, al final del ranking se encuentran País Vasco, Navarra y Madrid, con 0,18 y 0,19 puntos; mientras que Aragón tiene 0,22 puntos.

Para entender estas cifras debemos saber primero qué es el esfuerzo fiscal. Según el Observatorio de Coyuntura Económica Internacional, “es la medida en que un país utiliza su capacidad impositiva“, es decir, que los países con menor capacidad impositiva y baja presión fiscal pueden compararse con otros que tienen una mayor capacidad impositiva y una presión fiscal más elevada.

El esfuerzo fiscal resulta del porcentaje con el que medimos qué parte de la renta va destinado a pagar impuestos. Este porcentaje se obtiene a partir del “Índice de Frank”, a través del cual se divide la presión fiscal entre el PIB (Producto Interior Bruto) per cápita.

Para algunos expertos el cálculo de la presión fiscal tiene algunos defectos, como por ejemplo, no tener en cuenta las diferencias de desarrollo económico entre los distintos países, las distintas estructuras económicas, los niveles de productividad, la población o las tasas de actividad. Por otra arte, también se critica que este indicador en ocasiones no es un reflejo directo de los impuestos, es decir, a mayor PIB no tiene por qué haber subida de los impuestos, ni un menor crecimiento de este ratio conlleva pagar menos tasas. Por lo tanto, el resultado obtenido de calcular el esfuerzo fiscal mediante este índice tendrá algunas particularidades: será alto para los países con una renta per cápita baja, aunque la presión fiscal sea poco elevada y los esfuerzos fiscales bajos pueden asociarse a rentas altas.

Volviendo a los resultados del informe Think Tank Civismo, en el caso de Aragón, con una renta per cápita bruta de 15.351€ al año, la presión fiscal es de 33,39% y por tanto el esfuerzo fiscal o el peso de los impuestos en la renta per cápita de los aragoneses es de un 0,22%, situándonos entre los índices más bajos de España. 

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