Tras la pandemia de covid, la palabra ERTE salió de los entornos laborales y de los casos concretos para convertirse en un vocablo común en titulares de prensa y las conversaciones cotidianas. Su popularidad residió en que fue la solución más utilizada ante los problemas que planteaba el coronavirus en el tejido productivo. En este artículo te explicamos qué es un ERTE, cómo afecta a los trabajadores y cuándo se puede aplicar.
¿En qué consiste un ERTE?
Las siglas de ERTE significan Expediente de Regulación Temporal de Empleo y, como recoge el Estatuto de los Trabajadores en el artículo 47, es una de las dos medidas que contempla, junto con el Mecanismo RED, para flexibilizar y estabilizar plantillas; sin recurrir a medidas definitivas como los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE)
En virtud de lo establecido en el Estatuto de los Trabajadores y el Real Decreto 1483/2012, de 29 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos de despido colectivo y de suspensión de contratos y reducción de jornada, un ERTE se puede solicitar por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción (ERTE ETOP), o por fuerza mayor (ERTE FM).
Además de la legislación vigente, hay que tener en cuenta la normativa específica que pueda regularse para situaciones extraordinarias que requieren una serie de medidas excepcionales (tanto de tramitación como de fondo).
En la práctica permite suspender temporalmente los contratos de trabajo o reducir las jornadas de los empleados (entre el 10% y el 70% de la jornada habitual), quienes serán susceptibles de recibir protección por desempleo durante la vigencia del expediente, en su caso, por parte del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
¿Cuándo se puede aplicar un ERTE y cuánto dura un ERTE?
El ERTE ETOP se puede aplicar en empresas que, debido a cuestiones únicamente relacionadas con el negocio (causas económicas, técnicas, organizativas y de producción), se ven abocadas a reducir las jornadas laborales o suspender los contratos, de forma temporal. La empresa deberá comunicar a la Autoridad Laboral el inicio de periodo de consultas y, tras realizar las gestiones legalmente establecidas, la finalización del expediente.
Por el contrario, el ERTE FM responde a situaciones en las que un factor externo, como pueden ser inundaciones, incendios o cualquier otro tipo de situación adversa (como ocurrió con la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19) fuera del control de la empresa, hace necesario la reducción temporal de las jornadas laborales o suspensión de los contratos. En estos casos, será la autoridad laboral competente la que tiene que constatar la existencia de fuerza mayor y, una vez acreditado, la empresa comunica la decisión final de reducciones de jornada/suspensión de contratos a los trabajadores, representantes y Autoridad Laboral.
La duración de un ERTE no es fija y estará condicionada al tiempo de superación de las circunstancias que motivaron su existencia. No obstante, a la hora de solicitarlo la empresa sí que debe indicar los plazos aproximados en los que se aplicará; unos plazos que se podrían ampliar mediante prórrogas si la causa persistiera y, por tanto, siga siendo necesario mantener la vigencia del expediente.
Causas que justifican la aplicación de un ERTE
Las causas que permiten aplicar un ERTE responden a los dos tipos de expediente que recoge la legislación: (i) por causas económicas técnicas, organizativas y de producción (cuestiones relacionadas únicamente con ese negocio) y (ii) las causas de fuerza mayor, como puedan ser catástrofes climáticas o el incendio de una factoría, que impidan el desarrollo ordinario de serían las que permitirían a una empresa acogerse a un ERTE.
Beneficios del ERTE
Los ERTE ofrecen considerables beneficios a empresa y trabajadores frente a otras figuras como el ERE (Expediente de Regulación de Empleo), en el que, directamente, permite la extinción de contratos.
Para la empresa
En un ERTE, la empresa afectada verá una disminución de sus gastos laborales, a la vez que conserva a la plantilla.
Para el trabajador
En el caso de los trabajadores, el aspecto más interesante es que no habrá despidos y que volverán a su puesto, en el caso de la suspensión del contrato, o recuperarán la integridad de su jornada cuando concluya el expediente. Además, no pueden ser despedidos en los primeros seis meses tras la vuelta al trabajo.
Puesto que el trabajador, mientras dure el ERTE, se encuentra en situación de desempleo, tendrá una prestación del 70 % de la base reguladora de su sueldo en el primer semestre del expediente y de la mitad a partir de entonces, que pagará el SEPE.
En el caso de la reducción de jornada, la empresa se encargará de abonar la parte proporcional de su salario, mientras que del resto se hará cargo el SEPE.
Cómo afecta a los trabajadores
Además de las afecciones en el suelo y las horas trabajadas, un ERTE tiene otras derivadas que es conveniente conocer. La primera de ellas es que los trabajadores no tienen derecho a indemnización por un ERTE, como sí sucede cuando se aplica un ERE. No obstante, los empleados por estos expedientes sí que seguirán cotizando en la Seguridad Social.
Por último, es destacable que durante un ERTE, un trabajador afectado por la suspensión de su contrato puede desempeñar un empleo alternativo, ya sea por cuenta ajena o propia. Sin embargo, en estos casos deberá comunicar al SEPE esta situación para que ajuste o suprima su prestación por desempleo. Si estás interesado en esta opción, en la Fundación Rey Ardid, te ofrecemos nuestra agencia de colocación en Zaragoza.
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